En la Edad Media, algunas iglesias ejercían el derecho de asilo; al peor criminal daban cobija en sus atrios: eran estancias de tregua y conciliación. Quiero entrar. Voy a hacerlo.
Si fuéramos de peregrinos a alguna catedral, me gustaría ir a una de esas que se bastan para hacer célebres a una pequeña ciudad: Chartres, Amiens, Reims... En lugar de una de esas, cosmopolitas, que sólo son una nota singular en una urbe inabarcable, prefiero las catedrales de aldea, únicas en cada piedra, idealizadas hasta la distorsión de sus pórticos y sus gárgolas. Sueño con la iglesia de Balbec, amada por Marcel Proust, que sólo existe en una roca asediada por un mar de novela...
2 comentarios:
En la Edad Media, algunas iglesias ejercían el derecho de asilo; al peor criminal daban cobija en sus atrios: eran estancias de tregua y conciliación.
Quiero entrar. Voy a hacerlo.
Si fuéramos de peregrinos a alguna catedral, me gustaría ir a una de esas que se bastan para hacer célebres a una pequeña ciudad: Chartres, Amiens, Reims... En lugar de una de esas, cosmopolitas, que sólo son una nota singular en una urbe inabarcable, prefiero las catedrales de aldea, únicas en cada piedra, idealizadas hasta la distorsión de sus pórticos y sus gárgolas. Sueño con la iglesia de Balbec, amada por Marcel Proust, que sólo existe en una roca asediada por un mar de novela...
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