"Templo del Santo Niño de la Paz"
Me ha parecido estupendo,aun cuando es muy pequeño.Es una de las pocas iglesias de estilo gótico [o neogótico] en la ciudad;la mayoría de las iglesias de nuestro país son de estilo barroco o churrigueresco.La he visto durante mi caminata y no pude resistir tomarle una foto [aún cuando fue complicado] y entrar.El interior no es muy lujoso,pero agradable.Y el detalle hechizante es un enoorme y viejo órgano en la parte alta. Ahora mismo busco información,si bien es muy poco lo que he encontrado,al parecer fue edificada apenas pasados los tiempos de la Revolución Mexicana, gracias a la iniciativa y recursos de una señora de apellido Escandón, cuya fe motivó que se pusiera la primera piedra allá por 1923 y fuese concluida la obra 7 años después. La iglesia conserva cuatro confesionarios de caoba estilo gótico. En las paredes cuelgan 14 pinturas que aluden al Víacrucis, más 4 candelabros ingleses de metal plateado; todo ello sostenido por un par de columnas de origen dórico [sé cuánto te agradan,prometo tomar una fotografía para ti en mi próxima visita]..Lastimosamente,la imponente fachada se ve afectada por la enorme cantidad de cables y el alumbrado público...del mismo modo,me he enterado que el órgano ya casi no se utiliza debido a una mala reparación hecha en décadas anteriores.A pesar de todo,una joya.
2 comentarios:
Bueno, y, ¿qué tiene el gótico que no tenga otro?
Lo que tiene la Edad Media que ya no tenemos: la unidad. El deseo de ir arriba, de empinarnos bien alto.
El art deco siempre me ha parecido un remedo del siglo XX, un intento fallido de levantar agujas al cielo. Será porque en mi ciudad no les gustaba demasiado, y solo quedaron unas pocas casas y una tumba. Nunca hicimos nuestra la moda art deco, pero sí tenemos una iglesia gótica de principios del siglo XX.
Espero por las columnas; espérame tú, en el atrio...
"Con las guerras y las amistades se fueron juntando aquellos pueblos diferentes, y cuando ya el rey pudo más que los señores de los castillos, y todos los hombres creían en el cielo nuevo de los cristianos, empezaron a hacer las iglesias «góticas» con sus arcos de pico, y sus torres como agujas que llegaban a las nubes, y sus pórticos bordados, y sus ventanas de colores. Y las torres cada vez más altas; porque cada iglesia quería tener su torre más alta que las otras; y las casas las hacían así también, y, los muebles."
(José Martí, "La historia del hombre contada por sus casas")
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